Hace 11 años, en el emblemático Hotel Potrero de los Funes, tuve el placer de entrevistar a Nito Artaza, reconocido humorista, político y una figura emblemática de la cultura argentina. En aquel momento, Nito compartió con nosotros sus vivencias, anécdotas y pensamientos sobre el humor, la política y el vínculo con el público que siempre lo acompaña.
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Un recorrido por Argentina
«Lo lindo de venir a San Luis», comenzó diciendo, «es que uno lo hace con ganas, no por compromiso. A veces no se trata solo de lo económico, sino del deseo de seguir recorriendo el país». Nito recordó cómo, dos años antes, había viajado por el 80% de Argentina en auto, ya que en muchas provincias, como en el interior de Buenos Aires, las distancias a los aeropuertos pueden ser extensas.
Con espontaneidad y entusiasmo, Artaza destacó la conexión genuina que siempre busca establecer con la gente: «Llegamos a los lugares con fuerza y ganas, y creo que eso es lo que la gente valora de nosotros».
El humor como refugio y puente
Durante la charla, Nito reflexionó sobre el rol del humor en su vida: «Para hacer humor, uno tiene que estar bien emocionalmente». Compartió una anécdota significativa sobre cómo, tras siete años separados, volvió a trabajar con su colega y amigo. “Nos juntamos en Punta del Este, con un vino de por medio, y resolvimos todas nuestras diferencias personales. Eso nos permitió fortalecer nuestra relación y, desde entonces, hemos trabajado juntos con mucha alegría».
El humorista reconoció que esas diferencias, aunque difíciles en su momento, enriquecieron su relación profesional: «Sin esas situaciones del pasado, quizá no seríamos el gran dúo que somos hoy».
Humor y política: una combinación peculiar
En ese entonces, Nito se encontraba en plena labor como senador, lo que marcaba una dualidad interesante entre sus roles de político y humorista. «Cuando hablo del Senado, lo hago en serio; pero en el escenario, mi objetivo es entretener al público». Entre risas, compartió bromas sobre las diferencias entre radicales y justicialistas, y cómo encontraba en ellas un terreno fértil para el humor: «Es como un Boca-River, tenemos nuestras diferencias, pero nos une el proyecto nacional y popular».
San Luis, un lugar para volver siempre
La entrevista culminó con elogios a la provincia de San Luis. Nito destacó la infraestructura de sus teatros y cómo la ciudad está preparada para una temporada permanente. «Es admirable lo bien que está todo organizado aquí. Desde el sonido hasta los camarines, todo está pensado para brindar un espectáculo de calidad».
La calidez y el profesionalismo de Nito quedaron grabados en esa conversación. A más de una década de aquella entrevista, sus palabras resuenan como un testimonio de cómo el humor y la pasión por conectar con el público pueden romper barreras y generar lazos duraderos.