La selección argentina de artistas se consagró campeona del Art Football Fest, el certamen internacional que reúne fútbol, música y cultura en un formato único.
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“Los Gauchos” hicieron historia al consagrarse campeones absolutos del Mundial de Fútbol de Artistas, disputado en Moscú, Rusia. El evento reunió a músicos, actores, periodistas y exfutbolistas de todo el mundo, en una competencia que fusiona el deporte con expresiones artísticas.
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Fundado en 2001, el club “Los Gauchos” representa oficialmente a Argentina desde 2007 en este certamen. El equipo está integrado por figuras de distintas disciplinas que comparten una pasión en común: la pelota.
Ellos son: Marcelo López López, Álvaro Teruel, Martín Pepa, Joaquín Vitola, Mariano Sapetti, Tyago Griffo, Juan Cruz Costabel, Julián Barese, Marcelo Marín, Nicolás Tagliani, Juan Pablo Aguilera, Gastón Ricaud, Otto Bunge, Brandon Tilger, Pako Galván, Guido Gana, Gonza Alonso, Manu Sarrabayrouse, Rodo Forgione, Gonzalo Palacio, Martin Souto, Mariano Echeverría, Esteban Sahores, Juan Ignacio Pelizzola y Stefano De Gregorio.
Un mundial inolvidable
Durante dos semanas en la capital rusa, el equipo argentino no solo brilló dentro de la cancha —siendo el conjunto más goleador del torneo—, sino que también se destacó por su compromiso humano y cultural, elementos centrales del espíritu del Art Football Fest.
“Este grupo es especial. Lo que realmente nos distingue de otras selecciones de artistas es la continuidad en el entrenamiento y la camaradería. Si tuviera que elegir al grupo de nuevo, lo haría sin dudar. Fue un equipo lleno de talento, compromiso y, sobre todo, humanidad”, expresó a Fran Vidal Espectáculos el director técnico Santiago Marocchi, periodista de ESPN.
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La selección ganó todos sus partidos: debutó con un 3-0 frente a Bielorrusia, venció 5-1 a un combinado internacional, remontó un difícil 2-1 contra Perú, superó 2-0 a Serbia en semifinales y se impuso en la final 2-0 ante Hungría, con goles de Aguilera y Sappetti, elegidos MVP de la final y goleador del torneo, respectivamente.
Más allá del fútbol: un corazón que delata
Una característica distintiva del certamen es su componente artístico. Cada delegación realiza una presentación en un teatro como parte del festival. Argentina ofreció un show memorable con Joaquín Vitola (Indios), Álvaro Teruel (Los Nocheros), Marcelo Marín en guitarra y Tyago Griffo, interpretando “La Mano de Dios” como cierre. Este espectáculo fue reconocido como la mejor presentación de banda del torneo.
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“Fue muy emotivo. Ese momento, cantando todos juntos, nos hizo sentir más unidos que nunca. Representamos no solo al país, también a nuestra cultura”, destacó Marocchi.
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¿Cómo surge la posibilidad de ser el DT de “Los Gauchos”?
En realidad, empecé a jugar en el equipo en 2019, pero hace dos meses me rompí los ligamentos y tuve que operarme. El técnico en ese momento era Axel Clazón, quien luego se fue a trabajar a Gimnasia. Unas semanas antes de que el equipo viajara, me propusieron acompañarlos como director técnico. Así que este logro se lo dedicamos a Axel, al grupo de Los Gauchos que no pudieron viajar y, en especial, a un gran amigo y compañero: Luife Silveyra.
¿Cómo fueron estas dos semanas en Rusia?
La experiencia vivida fue verdaderamente inolvidable, marcada por momentos extraordinarios y la participación de un grupo excepcional. Cada miembro desempeñó su papel con eficacia, lo que contribuyó a que no se presentara ningún inconveniente. Durante el tiempo de entrenamiento, nos dedicamos plenamente; en las horas de esparcimiento, disfrutamos de paseos y en el ámbito competitivo, nos involucramos intensamente en los partidos.
¿Cómo los recibieron?, ¿Qué rescatás de esta experiencia de camaradería?
Nos trataron de maravilla. Tuvimos el privilegio de alojarnos en un hotel espectacular, en una ciudad hermosa. En el hall del hotel había un piano que se convirtió en un punto de encuentro donde artistas de diversas nacionalidades compartieron sus talentos, haciendo del evento un verdadero mundial de arte. Sin duda, disfrutamos estos días juntos, y si tuviera que elegir nuevamente al grupo, no dudaría en seleccionarlo otra vez, ya que estuvo compuesto por personas excepcionales.
¿Cómo hizo el equipo para organizarse con sus trabajos y sus familias?
Una de las mayores dificultades de esta experiencia fue la organización de un grupo tan numeroso, compuesto por aproximadamente 25 personas. La logística relacionada con el trabajo y las familias resultó ser un verdadero desafío, ya que es lo que más se extraña. Aunque la experiencia en sí fue maravillosa, el tiempo alejado de mis seres queridos, especialmente de mi esposa e hijos, fue complicado. Nunca antes había estado tanto tiempo separado de ellos y, aunque la tecnología nos permite mantenernos conectados, estar en un país lejano añade un nivel de dificultad. Cada uno de nosotros tiene su propia historia y circunstancias, lo que hace que, a pesar de ser un grupo grande, cada experiencia sea única y valiosa.
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¿Con cuáles equipos jugaron?
Tuvimos el debut contra Bielorrusia, un partido que resultó complicado de planificar porque no se podía prever con quién nos encontraríamos. Sin embargo, logramos una victoria de 3 a 0. Luego, nos enfrentamos a un combinado internacional, al que derrotamos 5 a 1.
El partido más desafiante fue contra Perú. Aunque comenzamos perdiendo 1 a 0, logramos revertir la situación en la segunda mitad, llevándonos el triunfo 2 a 1. Nuestra familiaridad con Perú es notable, ya que hemos jugado contra ellos en cuatro ocasiones, ganando todas. Recientemente, también disputamos un amistoso internacional en la cancha de Excursionistas, donde empatamos y luego triunfamos en penales.
En las semifinales, nos enfrentamos a Serbia, a quienes vencimos 2 a 0, y en la final, nos medimos con Hungría. Este último partido fue muy físico, con dos tiempos de 35 minutos. A los 62 minutos, el marcador aún estaba 0 a 0, hasta que Juan Pablo Aguilera anotó el primer gol. En el minuto final, Tyago Griffo realizó una excelente jugada que culminó en un rebote del arquero, permitiendo que Mariano Sappetti empujara el balón a la red, sellando así nuestra victoria.
¿Qué sentís al ver que se hizo todo correcto y que los jugadores lo dieron todo?
La verdad que fue una satisfacción enorme. Desde el primer día que llegamos sentimos que todos íbamos hacia el mismo objetivo, y la energía del grupo era muy buena. Lo comparo un poco con lo que fue la Selección en Qatar: a pesar de la derrota en el debut, todos teníamos esa tranquilidad interna de que Argentina lo iba a lograr. Y a nosotros nos pasó algo parecido.
Fuimos muy contundentes en los primeros partidos, y tal vez el más difícil fue el de Perú, que ya era casi como un cuarto de final. Íbamos perdiendo 1-0 y si no remontábamos, se terminaba todo. Pero los chicos sacaron una fuerza bárbara y fuimos a buscar el partido siempre. En todos los encuentros fuimos protagonistas.
Además, vivimos momentos muy lindos fuera de la cancha. La gente nos esperaba en el hotel, nos pedían fotos, autógrafos, y se notaba ese cariño. Incluso los otros países querían intercambiar ropa con nosotros.
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¿Llevaste algún amuleto de suerte?
Sí, tuve el honor de llevar conmigo la camiseta azul del Mundial ‘86. Para mí fue algo profundamente emotivo, porque es un símbolo muy fuerte de nuestra historia, de ese legado que nos dejó el Diego y todo ese equipo inolvidable. Sentí que me acompañaba durante todo el torneo, como una especie de amuleto que me conectaba con algo más grande.
Además, tuvimos una experiencia increíble a nivel grupal. Fuimos el equipo más goleador del torneo, con una cantidad de goles impresionante, y apenas recibimos dos goles en cinco partidos.
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¿En qué pensabas en los momentos previos a los partidos?
Durante cada encuentro, leía una carta que mi hijo Joaquín había escrito para mí. La leía, le daba un beso, y miraba la foto de mi familia antes de salir a dirigir el partido, mientras los jugadores se preparaban. Este vínculo familiar es muy especial para mí.
¿Quién se quedó con la copa?
Ahora tengo la copa en casa, un símbolo de nuestro logro, y estamos esperando reunirnos todos para celebrar adecuadamente. Desafortunadamente, tras ganar el campeonato, tuvimos que abordar el vuelo solo dos horas después, lo que limitó nuestro tiempo para festejar juntos. A pesar de todo, la alegría que siento es inmensa y sincera.
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¿En qué consistió la parte artística y ese cierre memorable que brindaron nuestros artistas?
Los argentinos armamos algo muy especial. Tuvimos un show increíble y cerramos cantando todos juntos La Mano de Dios, en homenaje a Diego Maradona. Fue un momento muy emotivo, una experiencia inolvidable en todos los sentidos.
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Además, logramos el reconocimiento a la mejor presentación de banda, lo que hizo que la experiencia fuera aún más memorable. Cada momento vivido fue un testimonio de nuestro esfuerzo y pasión por el fútbol, y estoy agradecido por tener la oportunidad de compartirlo con mis compañeros y con todas las personas que nos apoyaron.
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